Carmen nos invitó a su casa para mostrarnos la nueva camada de marranitos. Su Abuelo compartió sus conocimientos y respondió a la curiosidad de los niños: “¿Qué comen?, ¿Qué tan rápido crecen?, ¿Por qué unos son más chicos que los otros?, ¿Duermen toda la noche?”
Los niños preguntan para comprender el mundo que les rodea. A veces una pregunta lleva a otra, y así sucesivamente, en este camino interminable de búsqueda y aprendizaje.
Los colores del paisaje nos hablan del cambio de estación, de la variación de horas de luz y temperaturas.
Entre semillas y espigas los niños pizcan el maíz y las calabazas de casco. El maíz significa la base alimenticia que nos nutre durante todo el año, la vida que nos llega de la tierra.
Algunos Padres cosecharon con sus hijos, vivieron juntos ese momento del ciclo agrícola en que se recogen los frutos del trabajo.
Una parte de la cosecha es desgranar el amaranto rojo y el frijol.
Estas actividades trascienden lo concreto, nos ponen en contacto con el amor y la gratitud a la Vida.
